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Cansado de ver
titulares con frases como “Una generación perdida”, “Imposible acceder a un
empleo” o “Excluidos del mercado laboral los mayores de…” y tantas otras. Harto
de oir a celebridades, entre ellos muchos políticos, hablar de lo mal que lo
hacen los demás y lo negro que está el panorama para el resto. Y, por qué no, como estoy
igualmente esperanzado en que, para todo lo anterior, siempre habrá una vía de
escape, una solución, se me ocurre llamar tu atención y
plantearte una cuestión haciendo gala de la más positiva de las
actitudes.
¿Por qué será
que, ante las dificultades, siempre hay alguien que se niega a darse una
oportunidad?. Si hasta los que tienen acomodado en su vocabulario personall la
palabra “Éxito” se definen como luchadores y afirman haber caído muchas veces
antes de alcanzarlo y, lo más importante, haberse levantado de nuevo con mayor determinación si
cabe para superarse a sí mismos, ¿por qué –y hago hincapié- no ha de hacerlo el
que necesita hoy un nuevo empleo?.
Pero más que
este hecho, y me gustaría saber si coincides conmigo,
podría decir que me molesta enormemente, cuando hablamos de empleo, aquéllos que niegan esa oportunidad a
los demás, no sólo estrechándoles el camino hacia el empleo sino –ahí va lo más
irritante- negándoles cualquier atisbo de esperanza
sobre un futuro mejor.
Quizás los
que se atreven a hacerlo disponen de una acomodada situación y, aunque temen
perderla, prefieren arremeter contra los más desdichados (pongamos que en estos
momentos rondan los seis millones) en lugar de preocuparse en aportar mayor
valor a sus propias vidas. O, quizás, está desempleado y desesperado a partes
iguales y ahogado en su propia desgracia.
Tienes dos
opciones para ser o no feliz: la primera es tener esperanza y creer que siempre
hay un futuro mejor; la segunda, es perder toda esperanza de que pueda suceder
lo anterior.
Tú decides
En cualquier
caso, quiero comentarte algo que me ha ocurrido hoy mismo mientras escribía
estas líneas: he recibido una notificación de email y -¡sorpresa!- me han
regalado un comentario en mi blog tan maravilloso como este: “Qué bonito post!
Me has invitado a pensar y a soñar. Gracias por compartir todo eso que guardas
dentro”. Agradecido, me gustaría regalártela sin condiciones y, al menos, hacer
que puedas pensar y soñar.
Fuente imagen: legrancoach |
Pensar,
siendo realista, dando respuestas a tu propia vida sobre lo que eres y lo que
deseas ser, sobre lo que has hecho y necesitas hacer para conseguir tus metas.
Pensar en las personas que te rodean y de la fuerza que te transmiten para no
dejar nunca de luchar por aquello en lo que crees, para recordar de dónde
vienes y a quién te debes.
Soñar, sí, con
altura de miras y aún con los pies en el suelo, viendo llegar nuevos vientos
tras las nubes más oscuras porque, como dice aquella famosa frase: “Jamás
desesperes ante las más duras aflicciones de tu vida, porque de las nubes más
negras caerá el agua más limpia y fecundante”.
En este
sentido, ¿quién se siente con derecho a truncar los sueños de nadie?, ¿y quién
dice que no hay que buscar empleo?.
Prefiero obviar
a éstos y hablar de todos aquellos que te animan, te motivan y te hacen pensar;
prefiero repetir las palabras de los que te refuerzan, te implican y te
sugieren un mundo mejor. Pues en las redes
sociales, llenas de amigos, tienes las puertas abiertas y el apoyo de iniciativas que pueden
favorecer a los demás y te harán sentir mejor, además de brindar una oportunidad
a alguien que lo necesita.
"Recuerda
que la generosidad siempre tiene un efecto boomerang"
A veces, que no se cae en la cuenta cuando algunos
(entre ellos yo) dan especial relevancia a palabras como “reinventarse”, “rehacerse”
o “reciclarse” y recomiendan que se lleve a efecto. Sí, eso es perfecto, quizás en ello estás (o
estamos) pero no seamos injustos: no todos tienen la posibilidad ni la
capacidad de asimilar ese cambio. Por eso, no es algo que se pueda imponer y,
aún menos, establecer como la panacea del éxito y, por ende, negar a todo aquél que no lo
lleve a cabo cualquier posibilidad de subsistir.
Antes, la cosa
era diferente: recuerdo que al padre de un amigo le jubilaron anticipadamente
porque no fue capaz de asimilar la entrada de los ordenadores en su trabajo.
Ahora todo es más drástico y la bondad de la prejubilación está descartada,
enfocando la salida de la empresa como un sencillo despido o un ERE, aunque
lleves cinco, diez o quince años en la empresa.
Fuente imagen: quemepongoparalaentrevista.blogspot |
Por tanto, si
las estadísticas juegan en tu contra, si el mercado laboral tiene el accesorestringido, si los “titulares” te animan a abandonar, no hagas caso, te mereces el trabajo.
Ahora podríamos echar mano a recursos lingüísticos como el origen etimológico
de “Crisis” (cambio) y decir que todo va a cambiar pero no te mereces que sea
superficial contigo, del mismo modo que no mereces que te mientan y digan que no
tendrás salida a tu encrucijada laboral. Lo que sí es cierto es que de los períodos de crisis siempre surgen
grandes oportunidades.
Así pues, lo
diga quien lo diga, sea celebridad, sea un vecino de tu barrio o un excompañero
de trabajo… ¡Quiérete!, sigue viviendo, sigue luchando, rodéate de buenas personas, sé
generoso y, al final, verás como cada día te acerca más a tus metas si te lo propones.
¿Qué
es lo que no había que buscar?
4 comentarios:
Pues sí, aunque cueste hay que ser positivos.
Bonita entrada =)
Un saludo.
En efecto, aunque cueste... Gracias, María, eres muy amable!
Preciosa reflexión, hecha con mucha razón. El camino en el que nos encontramos no es fácil, pero con nuestro trabajo y nuestra perseverancia lo lograremos. Necesitamos apoyo, ánimos y no todo lo contrario, que la situación es mala ya lo sabemos, pero luchamos, no nos conformamos. Me sorprende ver la frialdad con que muchos políticos dicen que hay gente no reciclable, y ellos? Serían reciclables si un día abandonaran la política y tuvieran que verse en el mundo laboral en que nos movemos hoy en día.
Gracias, Mari Carmen.
Me quedo con la motivación y con la mejor actitud para hacer frente a esta situación. No te quepa la menor duda que de esta se sale...
Saludos.
(David F.)
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