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A estas alturas, en tu entorno no hay quien se preste a decir que no
conoce la red profesional por excelencia, esa que acumula millones de usuarios
en todo el mundo, esa que sigue creciendo en tiempos de crisis, esa que genera
–cada vez más- interés creciente entre empresas y profesionales. En unos
sectores más que en otros, cierto, pero todos susceptibles de pasar por el
filtro de esta red que cobra adeptos allá por donde pasa, especialmente, si
hablamos del mundo de los recursos humanos… En la que se convierte en una
herramienta “facilitadora” para generar contactos de calidad y –quizás lo más
importante- candidatos con perfiles y visibilidad notables. Y tú. ¿tienes ya tu
perfil creado?.
En ese sentido, no todo son comentarios
positivos, máxime cuando éstos vienen de directivos y empleados que “no creen
en la magia real” de las redes sociales a la hora de buscar negocio o favorecer
la marcha del mismo. De ahí que duden de su eficacia y lo vean más como una
pérdida de tiempo para los que las usan y un enganche a un medio que poco o
nada les aportará. Tienen “truco”…
Ahora bien, ¿sabrías decirme cuál es el fin último de esta red
social para profesionales?. Pues, como en el resto, el intercambio de
información y, más concretamente, la colaboración entre usuarios. Es por eso
que, cuando hablamos de personas, deben tenerse en cuenta una serie de normas
básicas de convivencia que, en general, se marcan para establecer un punto de
partida común hacia ese fin último.
¿Y has pensado si gestionas bien tu perfil, si tienes la
visibilidad que precisas, si generas los contactos adecuados?. Muchas
cuestiones y todas ellas, susceptibles de responderse haciendo alusión a una
sola palabra: estrategia.
Toda vez que has decidido darte a conocer en Linkedin, puedes
considerarlo un excelente escaparate en el que tu imagen, contenidos y
actividad tendrán mucho que decir. ¿Por qué no aprovechar esa condición y
considerarlo una ventaja en la línea de salida hacia tus retos profesionales?.
Para ello, sí existen trucos (y no precisamente a los que hacía referencia
antes) que pasan por trazar una estrategia tras definir tus objetivos. Tener
claro estos dos puntos es vital a la hora de tener el mejor rendimiento posible
y, sin ellos, serás uno más perdido en el todo de Internet.
Hace mucho tiempo, alguien me preguntó si “existía o no”. Me dijo,
si estás visible en Internet, existes, si no es así… Aún estás a tiempo de
solucionarlo. ¿Crees que es tu caso?. Pues –repito- “aún estás a tiempo de
solucionarlo”. Recuerda, empieza por marcar tu objetivo (para qué) y marca tu
estrategia (cómo) para conseguirlo. El éxito en tu empeño dependerá de la
calidad de tu perfil, de tu capacidad para generar contactos y compartir
contenidos de referencia y, sobre todo, de la constancia. No olvides que se
trata de una carrera de fondo.
¿Hay truco?. Sí muchos. Permíteme sugerirte algunos:
- Usa tu nombre y apellidos, nada de diminutivos o nombres a
medias que dificultarán la búsqueda y localización de tu perfil por otros
usuarios).
- Personaliza la URL de tu perfil, es más profesional y, además,
favorece tu visibilidad en internet.
- Elige bien la profesión que te defina y recuerda que a veces, lo
más sencillo es lo más efectivo. Huye de extravagancias tales como “El Rey de las Ventas” para decir que eres comercial o “El defensor de la Justicia” para
definir tu condición de abogado, por ejemplo.
- Elabora un buen texto de presentación en que se describa, a
grandes rasgos, tu potencial, experiencia y lo que buscas (tampoco está de más,
hacer referencia a lo que estás dispuesto a aportar). Querer decir “mucho” y no
saber expresarlo es como no decir nada.
- Afinar a la hora de enumerar tu experiencia profesional,
obviando lo irrelevante y dejando constancia de tus funciones en cada una de
ellas (hay quien aprovecha para comentar los logros obtenidos).
- Añade competencias y, a medida que otros usuarios, las vayan
confirmando, tu perfil irá cobrando mayor credibilidad y, por tanto, mayor
visibilidad y peso en la red. Eso ayudará a que acepten tus invitaciones a
conectar y generar nuevos contactos.
¿Hay más?. Por supuesto, muchas más. Muchísimas… Pero no quisiera
focalizar tu lectura en los trucos sin llamar tu atención sobre los “tratos”.
Porque… ¿Existen tratos?. Pues sí, existen y muchos. Te pondré algunos
ejemplos:
- En la búsqueda de empleo, tener la
posibilidad de contactar con la empresa, con sus directivos o, mejor aún, con
sus responsables de recursos humanos, puede marcar la diferencia entre
conseguir el trabajo que deseas. La anticipación, la proactividad y la actitud
son valores muy apreciados por las empresas y, evidentemente, por los
profesionales de RRHH.
- En la búsqueda de nuevos clientes, puede abrir puertas allá
donde nunca pensaste que podrías llegar (y lo digo por experiencia propia),
tantear nuevos targets de clientes e incluso “hacer discreta publicidad” de tus
servicios.
- A la hora de buscar ampliación de negocio, de plantear nuevos
socios o alianzas, éste, puede ser un buen punto de partida para extraer datos
de interés antes de abordar contactos presenciales de mayor relevancia.
Permíteme que insista… La estrategia, esa palabra tan valiosa y,
sin embargo, no tan bien vista por otros, podrá hacerte cruzar la línea de lamediocridad en tus resultados porque, sin duda, te dará herramientas para
abrirte paso en la vorágine de este mercado cada vez más globalizado y
competitivo.
Por tanto, a estas alturas, me gustaría saber qué vas a elegir
llegado el momento: ¿será TRUCO o TRATO?.
Entre tú y yo… Elige las dos.
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