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Estás acostumbrado a que te reconozcan por la calle porque
eres hijo/a de tal o de cual; en tu barrio, porque eres el dueño del coche tal
o cual; y en tu entorno, por ser más o menos serio (porque has salido a tal o
cual). Hijo de X, con un coche Y, habiendo salido Z… ¿Acaso eres una
incógnita?.
Fuente imagen: depeces |
La vida está llena de tales y de cuales pero, sin ninguna duda, tu punto fuerte eres tú mismo. No sólo sabes lo que has hecho en tu pasado sino que sabes lo que estás haciendo o estás dispuesto a hacer por alcanzar un objetivo futuro. Porque, salvo que estemos todos equivocados, valemos lo que hemos vivido.
Ahí quería llegar.
Aunque también puede suceder en tu vida personal (seguramente), me preocupa más
si lo hace en lo profesional o laboral:
En un escenario donde los peces son los jefes y empresas, no en pocas
ocasiones habrás padecido la “fusta” de éstos para recriminarte una actitud, algún
hecho o, simplemente, un resultado. Puede resultarte hasta injusto tener que
padecerlo y te planteas algunas cuestiones sobre tu futuro en la empresa, sobre
el sinsentido de las palabras que te golpean o, si llevan razón, la más
considerada por ti en este momento: ¿por qué no se acuerdan de todos los éxitos
anteriores?. ¿Hablamos de la denominada disfunción gerentil?
Como decía un antiguo y apreciado jefe al que recuerdo con
especial gratitud, “Éxitos pasados no garantizan éxitos futuros”. Es cierto, es como si la Vida
llevara manos y manos (capas) de pintura donde sólo se ve la última y, si ésta
no es de nuestro gusto o del que nos rodea…
Propongo reconvertirlos en Elefantes. Te preguntarás por
qué. Pues por eso de que la memoria de éstos bien poco se parece a la de los
peces y dicen acordarse de todo incluso con el paso de los años. Y te lo digo
sin tapujos, advirtiendo la necesidad que hay de recuperar en los jefes de una
empresa la visión global de la situación de cada persona y de humanizar
mínimamente cada lugar, cada departamento de la empresa en la estás o llegarás
a estar.
Del mismo modo que un vendedor que ha sido número uno en
ventas durante años y cotizado en su empresa por ello, no creo que si no vende
al año siguiente lo esperado de él no es motivo para recriminarle y sí para
ayudarle a recuperar su nivel habitual de rendimiento. Ahí cobrar valor –y de
qué forma- la categoría profesional y personal del responsable directo de este
vendedor, quizás analizando las circunstancias y los valores a mejorar. También
puede ocurrir lo contrario: que a ese vendedor lo despidan… O, quizás, ese administrativo
bancario que lleva una década en su puesto y, de repente, “deja de ser útil”.
Cierto es que un profesional “debe dejar los problemas en
casa” pero ¿y si el problema está en el trabajo”. Hay surgen nuevas
preocupaciones que pueden llegar a pesar más aún hasta estrangular el
rendimiento de un empleado.
A colación, me viene a la cabeza una anécdota de un
psicólogo (recuperado por Pilar C.F., gracias):
En una sesión grupal,
un psicólogo levantó una vaso de agua y, cuando todos los asistentes esperaban
la misma pregunta sobre si estaba medio lleno o medio vacío, sin embargo, éste
pregunto:
¿Cuánto pesa este
vaso?.
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. “El peso absoluto en sí no es importante, depende
de cuánto tiempo lo sostenga”. Si lo sostengo un minuto, no tendré ningún
problema; si es una hora, llegaría a dolerme el brazo; pero si lo sostengo un
día, mi brazo se entumecerá y paralizará.
Por tanto, aunque el
peso del vaso no varía, cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más de difícil
de soportar se vuelve”.
Fuente imagen: Facebook |
Algo has de hacer. Por tanto, si no le encuentras lógica, dialoga
y lucha por lo que te mereces, da un golpe en la mesa (metafóricamente, por
supuesto) y haz valer tu trayectoria más que tu error puntual; haz ver tu
profesionalidad y no tu humanidad al errar; pero, sobre todo, haz constar tu
talento y tu afán de superación.
Demuestra que tienes fuerzas para levantarte cuando caes,
demuestra que merece la pena ser elefante antes que pez y que –como no podía
ser de otra manera- demuestra que eres tan bueno como el mejor.
¿Soltarías el vaso?
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