8 de mayo de 2013

100 días y un MILLÓN de gracias


S
Si algo debo agradecer especialmente a mis padres, entre otras muchas cosas, es su preocupación por darme una buena educación. Desde bien pequeño hemos oído eso de “No seas maleducado”, “Eso no se hace” o eso otro de “Mira tu hermano qué bien se está portando y tú…” (eso último no gustaba demasiado pero uno debía callarse no fueran a empeorar las cosas).

Fuente imagen: 2.bp.blogspot


Pasados los años, aún con tiernos recuerdos latentes de la infancia, creemos firmemente en los consejos de nuestros queridos ancestros y, lejos de crear nuestras propias normas, seguimos repitiendo aquéllas mismas frases. Es curioso… En esto no somos demasiado innovadores, ¿verdad?.


Esta educación, esta forma de “saber estar” no sólo debes aplicarla en tu entorno social, sino que es de obligado manejo en los entornos 2.0 teniendo en cuenta que en la red se persiguen tres objetivos muy bien definidos, tanto si son empresas como si no, para obtener resultados apetecibles:


  • Información:
    En primer lugar, para crear nuestra propia base de datos a través de la suma de contactos y usuarios de nuestros espacios que, además, se emplea para definir y afinar nuestro target y perfil. También de la competencia, el sector, etc, si se trata de empresas o profesionales. Estos datos se manejan de forma cualitativa y cuantitativa: en cuanto a la percepción por parte de los usuarios y contactos y las menciones en la red (de los medios, competencia, imagen de marca, si hablamos en un ámbito profesional); posición en la red, datos de audiencia y seguimiento, etc, respectivamente.
     
  • Buena imagen:
    Q
    ue nos garantiza la permanencia en este universo virtual tan apasionante de las redes sociales y que debe trabajarse para adecuar y mejorar con la evolución de las mismas. Es un valor a cuidar en el día a día. De nada sirve que te esfuerces sobremanera durante unas semanas y luego abandones tus logros dejando tus sitios y perfiles a la deriva.

     
  • Fidelización:Para mí, sin duda, es la más gratificante. Se produce cuando los usuarios y seguidores de tu espacio se convierten por sí solos en defensores de tu marca personal, de tu marca de empresa. De esa forma se produce el efecto “evangelización” que, además de favorecer la expansión en la red, incluso llega a crear un halo de complicidad con algunos miembros afines.


Si, además, eres capaz de motivar aprendiendo de los que te rodean, si eres proactivo en cada pensamiento que compartes y, además, eres receptivo y abierto a tus propios errores, serás un magnífico usuario de la red y, si fuera el caso, un excepcional community manager si te preparas porque la materia prima ya la tienes. Bien de una u otra forma, ojalá ese día esté entre tus adeptos y podamos compartir los mejores contenidos 2.0.


Yo, por mi parte, después de siete meses en el Universo 2.0, no tengo más que agradecer a todos y cada uno de mis casi dos mil contactos de las redes sociales esos momentos tan agradables que me brindan, llenos de entretenimiento y de afecto recíproco. Llámame romántico o "sensiblón", pero aún me ilusiona leer los mensajes de Linkedin, ver un nuevo “Te sigue” en Twitter o un “Me gusta” en Facebook; me encanta que te encante cuando escribo y recibo un aviso en mi bandeja de entrada con tu recomendación del post… Ojalá también se pudiera dar un “Te quiero”, un “Qué guay” o un “Millón de gracias” como contraprestación a todo lo que recibo de los amigos de la red. 

Para empezar, haré un reclamo a la educación, a esa a la que hacía referencia y, especialmente, al agradecimiento, al humilde, al de verdad, como parte fundamental de ella misma. Puesto así, por agradecido y haciendo acopio del bien nacido, no puedo dejar escapar la oportunidad de enlazar este párrafo con una frase dedicada especialmente a ti:


“ 100 días y UN MILLÓN de gracias ”


Porque esta semana se cumplen los primeros 100 días de mi blog, un espacio donde me gusta hablar contigo de futuro, y supera con creces todas mis expectativas. Ya sé… Podía haber dicho “100 días y 20.000 gracias” (casi las mismas visitas que ha recibido), pero es que contigo quiero ser muy generoso.


Intentaré seguir aportando optimismo, frescura y originalidad a mis entradas y compartirlas contigo como he venido haciendo hasta ahora.



Lo dicho, un millón de gracias

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