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Si
piensas que un currículum es la llave
de un empleo en la búsqueda de nuevos proyectos, sencillamente, estás muy equivocado.
Excepto para posiciones de escasa o nula cualificación, no hay profesional de
recursos humanos que reclute a vista de CV porque este documento, como si del
Santo Grial se tratara, se le ensalza hasta el punto de que hay quien piensa
que el motivo por el que ha sido contratado en última instancia ha sido, sin
duda, el citado currículo. Nada más lejos de la realidad.
Es tu tarjeta de visita, el primer reclamo, el “anzuelo” para
recruiters y empresas que lanzarás con
la mejor de tus intenciones y, siempre, cargado de ilusiones. Y es por eso,
precisamente, que debes cuidarlo sobremanera tanto en su forma como en su
contenido, a pesar de que no será él quien te abra la puerta final a tu
objetivo.
Fuente imagen: |
En efecto, tal como te he comentado, aún siendo este criterio distinto al que muchos pueden tener, el objetivo final de un CV bien diseñado y con un contenido bien estructurado, no es otro que alcanzar LA ENTREVISTA. Ese, ese es y no otro el motivo que te debe llevar a remitirlo tanto a empresas como a consultoras. No en vano es en ella donde realmente toman las mejores referencias de un candidato y contemplan la idoneidad del mismo para ocupar la vacante ofertada.
En este sentido, todos los detalles a tener en cuenta son
pocos, pues un despiste podría costarte caro, hacerte esclavo de tus propios errores y debilitar el interés inicial de
la persona que podría llevarte a la contratación. Tanto la dialéctica, como los
gestos, el nivel emocional o empatía son vitales en la mayoría de procesos (aunque
para posiciones más técnicas puedan prevalecer conocimientos más o menos
profundos sobre materias explícitas) y, sin duda, la entrevista es el mejor
escenario para intentar resaltarlas.
La mesura siempre es responsable y la exageración peligrosa,
por tanto, ni creas que vales más de lo que vales ni te empequeñezcas ante tu
entrevistador. Mostrarse natural, como eres, te ayudará a sobrellevarla mejor,
con más comodidad, si bien es cierto, que podrá haber momentos en los que debas
potenciar tus habilidades, competencias o peculiaridades de tu personalidad
para que destaquen en mayor o menor medida según las características del perfil
solicitado por la empresa y que has debido detectar con anterioridad. Al decir “con
anterioridad”, no sólo me refiero a la simple lectura de la oferta publicada
por la empresa o consultora en cuestión (porque ha podido captarte a través de
las redes, por su base de datos propia, por referencias o, simplemente, por tu
autocandidatura) sino a una investigación previa de la empresa, de sus valores,
objetivos y patrones de conducta que, por norma, suelen compartir en sus webs
corporativas.
Fuente imagen: orientacionparaelempleo |
Pero hay un detalle que no quisiera dejar pasar por alto y
que daría para escribir uno o varios artículos. Me refiero a la indumentaria, a
la forma de vestir del candidato. Al igual que en el párrafo anterior, la
mesura es buena, si bien es cierto que, ante la duda, más vale arreglarse un
poco más que portar una imagen “insuficiente” que denote falta de interés o
deficiente imagen para el puesto. Es evidente que para un puesto de reponedor/a,
o de dependiente/a en una panadería, ir
de chaqueta y corbata quizás resulte excesivo y yo, personalmente, no lo
aconsejo... Estoy seguro de que sabrás elegir la mejor opción, eso sí, sin
olvidar las particularidades de la empresa
en sí (por supuesto que no es lo mismo una gran multinacional que una
pequeña tienda donde sólo trabaja su propietario).
Hacer la mejor elección de la ropa, del calzado, la
limpieza, del color (podrías hacer un guiño a una imagen corportativa) o incluso la talla, harán que la primera impresión evite
que te excluyan o lleven una imagen equívoca de ti, de seguir o no en el proceso.
En definitiva, tanto la mediocridad como
la excentricidad te pueden alejar de tu próximo empleo, así que intenta ser TÚ,
mostrarte natural y, sobre todo, mantener compostura e imagen acordes a lo que
la empresa o consultor espera de ti en función del puesto que intentas ocupar
porque, a fin de cuentas, si llegas a formar parte de ella, de alguna forma te
convertirás en parte de su imagen.
Así, todo te irá mucho mejor. ¡Suerte!
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