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Muchos creen que los logros que has conseguido a lo largo de
tu vida han venido solos. Muchos opinan que las metas que has alcanzado no son
merecidas. Muchos otros, simplemente, han tenido envidia de tus triunfos… Y tú,
en tu interior, no tienes más que decir que “A mí, nadie me ha regalado nada”.
Hoy, no sólo ha cambiado el escenario, sino que ha cambiado
la obra que debes representar habida cuenta de la situación socioeconómica y,
aunque ya resulta un tópico, todos nos enfrentamos a un verdadero cambio de
paradigma en el que nada de lo que fue podrá llegar a ser, al menos, en muchos
años.
Pero, en ningún caso mi intención es apocarme e ir
lamentando los efectos de la crisis tras de ella, sino anticiparme y buscar
fuerzas para compartirlas contigo y colocarnos, justamente, delante de ella.
Motivación, empeño, responsabilidad, esfuerzo, esfuerzo (no
es un errata, doble esfuerzo) y, sobre todo, conciencia de esa responsabilidad
que nos toca vivir. Por eso, porque no sólo pretendo hablar de “la cosa” sino
hacerlo de más cosas y, con ellas, avivar mi gusto por escribir, hoy te
propongo un reto.
Aún recuerdo esa primera frase con la que he iniciado estas
líneas. Ciertamente, alguna vez la has dicho y, hoy, quizás, la quieras seguir
diciendo. Pero, repito, las circunstancias han cambiado y se precisa aportar unplus en todas las facetas de la vida. Se me ocurren:
·Plus de comprensión, bien de tu familia o de tu entorno para asumir ciertos cambios de roles en tu vida a los que posiblemente no estabas preparado.
·Plus de motivación, para aprender que siempre hay que dar un paso adelante y levantarse tras una caída.
·Plus de intención, para comprometerte a admitir lo que eres y reaccionar para cambiar lo que no te gusta.
·Plus de sacrificio, para combatir lo que muchos llamarían injusticia y que otros llaman fracaso.
Se te ocurren muchos más pluses, lo sé… Pero esos prefiero
que los guardes para ti y los lleves a cabo con el mayor de los compromisos
porque, como bien dice una frase que leí en la red, “El que no lucha por lo que
quiere, no se merece lo que desea” (vía Jota·JS).
Pero, ¿sabes qué?, recibir una ayuda de vez en cuando,
aunque sea para admitir que somos seres imperfectos, no viene nada mal. Es más,
toda cura de humildad, aparte de hacernos mejores resume tu capacidad para
mejorar tus pluses, esos de los que hemos hablado antes.
Para resumir, permíteme decirte que, en este sentido, no
dudes en pedir ayuda a las personas que con el mejor criterio, aquéllas que te
puedan hacer crecer tanto a nivel personal como profesional, pueden hacer de ti
esa persona que tanto deseas. Porque sé que eres bueno, porque intuyo tu
potencial, porque sé que puedes dar mucho más de ti mismo… Precisamente por
eso.
Y cuando vayas alcanzando tus metas no temas afrontar
comentarios vacíos como “Es que a ese le han ayudado”, “Es que tenía padrino”, “Es
que se lo han dado hecho”… Vacíos e insulsos, sí, porque, por si alguien aún no
lo sabe, no es malo recibir ayuda para afrontar lo más difícil, que es dar el
primer paso; sin embargo, se ve que ignoran que tras el primer paso sólo te
mantiene tu esfuerzo.
No olvides que “El hecho de que recibas ayuda no significaque hayas fracasado, sino que tienes la fortuna de no estar solo”.
¿Estás dispuesto a mejorar?
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