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Si crees que
la vida te va a regalar algo…
Si crees que
podrás conseguir tus objetivos sin luchar por ellos…
Si crees que
los problemas se esconderán a tu paso…
Si crees que
recibirás ayuda de todos los que te rodean…
Si crees que
no vas a derramar ni una sola lágrima…
Si crees que
no hay nadie mejor que tú…
Permíteme
que te diga:
ALUCINAS en
COLORES.
Pues de colores quiero hablarte y, en concreto, de los colores de la vida, pero de los colores con sabor a personas de
verdad, esas que tú y yo sabemos que existen a nuestro alrededor, a la vuelta
de cada esquina, en cada rincón.
BLANCO. Ni
más ni menos que los más conservadores, los que siguen “esa línea” que le han
marcado y difícilmente se salen de ella pensando que alguna vez llegaran al
lugar que otros le han dicho que existe (o no, quien sabe). Son esos que asumen
pocos riesgos y no hacen equilibrios innecesarios por temor a contratiempos. En
ellos, siempre he descubierto, si me permites, una cierta mirada melancólica.
Quizás porque, no se atreven a pensar en amarillo. Son prudentes.
AMARILLO.
Algo más arriesgados que los anteriores, no se desvían de la ruta trazada, si
bien es cierto que están dispuestos a hacer frente a obstáculos que puedan
encontrarse en el camino y, en ocasiones, salen airosos de ellos. A veces, los
llaman insensatos o kamikazes porque pueden llegar a ir en sentido contrario al
de sus intereses sin ser consciente de ello. Quizás porque desearían teñirse de
rojo. Son convencidos.
ROJO. Estos,
sin duda, son valientes, pero no temerarios, teniendo en cuenta que acostumbran
a identificarse como especialistas en su disciplina. Son capaces de atajar
caminos para llegar cumplir su objetivo, aunque debo decir que, por norma
general, han conocido el BLANCO y/o el AMARILLO. Les distingue una gran audacia
y manejo de sus habilidades que gustan de compartir con los demás. Son “leones
del asfalto” de la vida a los que no importa salir de realidades y estereotipos. Les mueve la curiosidad y buscan nuevos horizontes. Quizás, porque sueñan con el azul. Son emprendedores.
AZUL. Para
éstos, tengo reservado un sentimiento dividido, pues, por una parte, es mi
color preferido; y por otra, no se permite disfrutar de él más que a ratos. Más
allá de intensos instantes, de momentos inolvidables, sería un suicidio virtual
y una metedura de pata muy, pero que muy real. Son personas que se lanzan al
vacío sin pensar en las consecuencias y, lo peor, desconociendo las
consecuencias porque se han dejado llevar por su ilusión de ser felices.
Cierto, me dirás que eso queremos todos… Y así es, pero la felicidad, con los
pies en el suelo, se disfruta mejor. Pensar alguna vez en azul no sólo es
recomendable, sino necesario para la salud mental, para alimentar la motivación
y, sin duda, lo considero un regalo para la autoestima. Quizás, porque si no
fuera así, la vida sería muy, muy, muy negra. Son soñadores.
Es posible
que ya sepas qué color gastas y qué otro te gustaría añadir a la paleta de tus
ilusiones perdidas –y a las que no debes renunciar- pero te haré una confesión
ahora que estamos solos:
Vivir
cuantas más experiencias diferentes es genial, hacerlo con éxito, es
extraordinario. Es por eso que, en ocasiones, tú mismo te pones límites y puede
que sufras la presión de tu sombra exigiéndote un giro a tu propia vida, un
nuevo color que, en un principio, te aportará inseguridad por anunciarte una salida
de tu zona de confort y que, no me cabe duda alguna, sabrás manejar. Estoy
convencido de que si disfrutas de todos los colores llegarás a retratarte tal como eres y conseguirás pintar la mayor
obra de tu vida, sí, esa que llaman FELICIDAD. Sólo debes saber qué cantidad añadir
de cada color y firmarla de tu puño y letra.
Recuerda que la vida puede ser PERFECTA a pesar de sus imperfecciones y...
Recuerda que la vida puede ser PERFECTA a pesar de sus imperfecciones y...
Añade color
a tu vida y no dejes que otros la pinten por ti.
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