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A priori, quizás te
cueste pensar que el desempleo pueda tener una cara amable. Pues no te
equivocas… Ciertamente, a la falta de ingresos se unen factores sociales y
psicológicos que pueden resultar difíciles de asimilar y, más aún, imposibles
de aceptar a priori. Pero, precisamente, de esa capacidad de asumir las nuevas
circunstancias, de afrontar las nuevas situaciones adversas, los reveses de la
vida, dependerá directamente tus posibilidades de abrirte nuevos caminos hacia
proyectos profesionales que, aunque a estas alturas de tu vida no lo creas,
están ahí esperándote.
¿Acaso cuando te ha tocado vivir alguno de estos momentos no
te has preguntado a ti mismo el “por qué” de tu situación?, ¿si has hecho algo
para merecerlo?. Y si a eso pudieras sumar que fue provocado por factores
externos, por decisiones erróneas de quienes te mandaban o… Mejor no hablar.
Aún en esos momentos, seguro, te espera al otro lado “una cara amable”.
Empleo, desempleo… He ahí la cuestión. No hay que ser un
lumbreras para definir los actores principales de una función en la que el
final feliz ha de ser encontrar un nuevo empleo. No, no hay que ser un portento
intelectual ni un hábil negociador para situar al candidato y al reclutador (ya
sea consultor de RRHH o la propia empresa contratante) como actores
principales.
Hasta ahí, estamos de acuerdo pero, ¿alguna vez te has sentido el verdadero
protagonista?. ¿O acaso no has podido dejar de sentirte como la víctima de una
historia “mal contada” con final equivocado?. Pues deja de ser quien no
deberías ser y actívate (o reactívate) y comienza a afrontar tu nuevo papel
estelar que te llevará –sin duda- al mejor de los finales: al principio de tu
nueva aventura profesional.
Como no podría ser de otra manera, el factor motivacional es fundamental y, en este sentido, tú tienes mucho que decir. Yo comenzaría por
plantearte dos, mejor, tres cuestiones:
- ¿Estoy dispuesto a presentar la mejor versión de
mí mismo y dejar de lamentarme?
- ¿Estoy dispuesto a ser disciplinado y aferrarme
a una estrategia previa?
- ¿Estoy dispuesto a no dejarme influenciar por
personas tóxicas?
Si
la respuesta es un Triple-SÍ, estás de enhorabuena. Tu futuro, si aportas
constancia, está en tus manos y no en la de los demás. Si, además, eres capaz
de añadir una mínima dosis de humildad, asumiendo que necesitas un nuevo
empleo, mejor que mejor. Ten en cuenta que nada de lo que hiciste ayer vale a
partir de hoy si no comienzas a poner en valor lo que eres capaz de hacer a
partir de mañana en el seno de una nueva empresa. Es momento de aprender a
venderse; es momento de aprender a quererse.
Llegados a ese punto, qué duda cabe de la relevancia de las
personas que nos rodean y, especialmente, de la capacidad de los reclutadores
para elevarte o hundirte en cada uno de los procesos de selección en los que
participas. Aún me cuesta entender la dejadez de muchos para atender los
portales de empleo al uso como deben, dejando en el olvido las miles de
candidaturas de los siempre esperanzados aspirantes al puesto) y no indicando –qué
menos- que sus candidaturas han sido rechazadas o que, sencillamente, el
proceso a finalizado. Eso sucede mucho más de lo deseable,
¿verdad?.
¿verdad?.
Seguro que has vivido otras situaciones no menos particulares
en los que el compromiso tácito del reclutador en avisarte tras la entrevista,
tanto para el no como para el ansiado sí, cae nuevamente en el olvido. Sí, así
es…
Pero no todo sucede en esos términos: afortunadamente,
también hay personas con mayúsculas, con alto grado de humanización en su
profesión y, sobre todo, en sus acciones, que interpretan la figura del
candidato como lo que es: la “estrella de la película”. ¿Acaso has visto alguna
vez un proceso de selección sin ellos?. ¿Acaso cuando se anuncian las ofertas,
no se reclama más que al candidato?. Cierto, es así… Los busca-talentos también deben ir dotados de talento y, cómo no, de una justa dosis de sensibilidad.
Y llega ese momento en el que conoces a personas que te ven
como algo imprescindible para poder hacer bien su labor de criba y te miran de
tú a tú, con agradecimiento por poner tu talento en sus manos, con ánimo de
sacarte partido para ofrecer esa “mejor versión” de la que hablaba
anteriormente y, sobre todo, con ese equilibrio entre lo profesional y lo
humano que sólo distingue a los grandes profesionales y, cómo no, a las grandes
personas. Sí, no te quepa la menor duda: existen (doy fe).
Los hay que incluso cuando plantean la posibilidad de que seas descartado del proceso en cuestión, te proponen que refuerces tu CV con ellos para que puedan ofrecerlo de manera proactiva a sus clientes-empresas. Eso... Eso no es normal, me dirás. ¡Pues ahí lo dejo!.
Podría decir que hay más de unos que de otros pero no merece
la pena emplear más palabras si no es para decirte que debes volver a la
tercera de las cuestiones planteadas párrafos arriba sobre las personas
tóxicas. Al respecto, nada más que añadir (no merece la pena). Pero sí te diré,
para concluir, que a poco que te encuentres una persona con “cara amable” en tu
vida, te la puede endulzar para siempre. Y esto es válido tanto en lo
profesional como en lo personal.
Pero
recuerda que no siempre se cruzan, hay que buscarlos… De todos ellos, aprendo
y, si es posible, los intento imitar porque son reales, tienen nombres
(Yolanda, Ana, Ricardo, Andrés y suma y sigue…). Seguro que ya les has puesto nombres y te ha venido a la mente alguno de ellos.
Y
ahora… ¿Estás dispuesto a cambiar de cara?
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