C
|
Cómo cambia
la vida, cómo cambian nuestras vidas… De hecho, de niño, los síes nos rodean
por todos sitios, salvo cuando aparecen peligros –llamémosle así- a los que
nuestros mayores temen más que nosotros mismos. Un sí tras otro que han hecho
de ti y de todos nosotros un arma de indecisión masiva hasta que das paso a tu
propia personalidad, a tu carácter. Entonces, todo cambia…
Pasas de la superprotección a la ansiedad incontenible de querer descubrir el mundo por ti
mismo e incluso, llegado el caso, comértelo. Cosas de la ida. ¿Quién te iba a
decir a ti en aquéllos años que hoy ibas a ser quien eres y, sobre todo, que
ibas a hacer lo que estás haciendo.
Otros, nisiquiera se atrevieron a soñar y quedaron a la espera de acontecimientos, como
meros espectadores de su propia vida. Eligieron para ésta un argumento plano
lleno de grises e inundado de conformismo. Para ellos, mi más sentido pésame.
Nunca sabrán lo que realmente valen.
Entre el SÍ
y el NO nos hemos movido y así seguirá siendo, sin embargo, resulta paradójico
que siempre asociemos un “sí” a lo positivo y un “no” a lo negativo. Y, en mi
opinión, no es del todo cierto porque… Hay noes que cambian la vida.
Del sí
guardo, al igual que tú, posiblemente, gratos recuerdos. Y hablando de
recuerdos: ¿recuerdas la primera vez que tus padres te dijeron sí a tu primera
noche fuera de casa o al primer viaje con tus amigos?. Hay algunos que no se
olvidan. Como el de tu primera pareja o qué me dices ante el sí de tus padres a
tu insistente y cansina ansiedad por tener tu primer ordenador personal
(personal=para ti sólo), o que te dejen estudiar lo que te gustaría estudiar
para llegar a hacer (incluso ser) lo que siempre has deseado.
Pero, ¿y del
NO?. ¿Será posible que cuando te pregunto por él, recuerdes sólo lo negativo en
tu vida?. Ese no que te coartaba a realizarte como persona, ese no que te
levantaba muros para alcanzar tu meta, ese fatídico no que incluso pudo llegar
a romperte el corazón.
Y si te
pones a pensar, es probable que hayas recibido más noes que síes en tu vida
porque, sí, cierto, la vida no es fácil. Pero, con tu permiso, déjame que huya
del catastrofismo y te diga que sin ser fácil, es la mejor vida que podrías
vivir y que, sencillamente, es maravillosa. Máxime si tienes en cuenta que sólo
tendrás una por vivir y una sola oportunidad para disfrutarla.
En este
sentido, quisiera darle la vuelta al NO y presentártelo como una oportunidad,
como un valor en alza, como un interruptor para activar tus sueños. Créeme, el
NO está lleno de fuerza si te lo propones. Y tu actitud, para conseguirlo,
tiene mucho que decir.
Para el no
ajeno nunca se está preparado y, por norma general, siempre vienen de personas
que te sobreprotegen o, en el peor de los casos, de personas tóxicas que ven la
vida como nunca deberías verla tú: bajo el prisma de la negatividad. Esos
hablarán de tus carencias, de tus errores para empequeñecerte y te repetirán
una y otra vez que no llegarás, que no serás capaz y nunca podrás porque,
simplemente, no vales lo suficiente.
A ellos, por
decoro, permíteme que no les responda – por guardar las formas- porque no quisiera
perder ni un minuto de mi tiempo y, aún menos, del tuyo, en darles la satisfacción
de sentirse importantes. Para ellos, un regalo: mi indiferencia. ¿qué les
regalarás tú?.
Yo, para ti,
guardo el mejor NO, ese que te cambia la vida, que te hace crecer como persona,
que te llevará a cumplir tus metas, incluso tus sueños… Eso “no” con mayúsculas
y en voz alta que retumba a tu alrededor, a modo de onda expansiva, y que te
hace más fuerte. ¿Sabes ya a cuál me refiero?.
Ese “NO”suena cuando dices “No me rendiré” , “No pienso huir” , “No voy a fracasar” , “No
renunciaré”. A todos esos noes, y a otros como ellos, guárdales un lugar que se
merecen en tu vida porque tienen el poder de cambiarla hasta hacerte sentir
libre y, lo más importante, feliz.
Con tu
permiso, para terminar, déjame que te regale una frase de Charlie Chaplin, o
mejor, dos, que te ayudarán tanto en tu vida personal como profesional:
“Nunca renunciaré a la
libertad de equivocarme”.
“Sé tú y sé feliz pero, ante todo, sé tú”.
Y ahora, ¿qué no harías tú por un NO
de los de verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario