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Qué seria se pone la vida cuando das la vuelta a la esquina y
te encuentras el primer “No” que te frena; y qué dura cuando entra a golpes,
sin avisar, en el que siempre es el peor momento posible (porque nunca habrá
uno bueno). Qué seria se pone… Y que dura, la vida.
No es fácil hacerle frente cuando te frunce el entrecejo o
cuando te agarra en la línea de salida o cuando te enciende la luz del camino
equivocado y, sin embargo, no encuentro un sólo motivo para hacer que vuelva a
sonreir.
Composición: David F. · Fuente imágenes: remediando & yosoylaquesoy |
¿Qué hacer para que sonría otra vez?. Pues, como te he dicho,
no hay un sólo motivo, sino muchos, muchísimos. Y lo sabes, a pesar de que en
determinados momentos te cueste encontrarlos y, más adelante, reconocerlos. Creo en las personas, en sus voluntades, en el esfuerzo y en las grandes oportunidades ("I believe").
En primer lugar, te diré que huyas de la idea de buscar un
culpable para cada uno de los instantes no deseados, incluso desagradables, que
te toca vivir. No creas que eres el único responsable de lo que te pasa, de
todo lo malo y bueno que te sucede en tu vida. Huyo de ese tópico que te obliga
a entonar el “mea culpa” como si de un juicio rápido se tratara y de imponerte
una penitencia como si algo horrible hubieras hecho: en realidad, sólo “estás
viviendo” y, al fin y al cabo, ¿qué es la vida sino una carrera incesante de
aciertos y errores, de éxitos y fracasos?.
Por tanto, te animo a que, lejos de buscar culpables,
encuentres responsables. Personas responsables que te ayuden a canalizar tus
virtudes, tus competencias, tus habilidades y tus sentimientos hacia tu
objetivo personal y profesional. Rodéate de esas personas que te ayudarán a
aliviar la presión de ceño fruncido.
En cierta ocasión, decidí que lo que necesitaba era “aprender
de los mejores”(*). ¿No te lo has planteado?. ¿No te has preguntado qué
diferencia hay entre ellos y tú?. ¿O si estás en este el selecto grupo?. Quizás
sea tan fácil como dejar en el aire cuestiones como si sabes lo que es lo que
realmente quieres conseguir, si estás dispuesto a actuar para conseguirlo, si
temes al fracaso o, simplemente, te diluyes en ti mismo sin cobrar
consistencia. A lo mejor, lo que puede marcar la diferencia es tu grado de
responsabilidad, la paciencia, tu determinación, tu optimismo y tu afán de
superación.
A lo mejor, sólo a lo mejor, deberías seguir leyendo…
Fuente imagen: vk |
En segundo lugar, confía en lo mejor de ti mismo. Tenerte de
aliado te hará más fuerte y seguro vencedor de tus propias decisiones.
Descubrirás nuevos horizontes y despertarás inquietudes en ti que no sabías que
existían. Aprenderás a quererte y a ser mejor persona toda vez que te conozcas
y, con ello, reconozcas tu potencial y tus limitaciones. Porque… ¿Sabes
realmente donde tienes marcado tu límite?.
En último lugar de una lista interminable (en la que podrás
añadir tantos motivos como desees) te invito a mantener la mejor actitud y si la vida
te da una bofetada… ¡No, no pongas la otra mejilla!. No creo en la
autoflagelación, aún menos en aquéllos que desmotivan o te ponen cortapisas y
te anticipan lo que nunca serás capaz de hacer o ser. Como si tú no tuvieras
mucho que decir en ello... Qué barbaridad.
Si la vida no te sonríe: ¡Sácale la lengua!
(*) Guiño especial a Francisco A. y su libro "Aprendiendo de los mejores"
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