El mayor escaparate del mundo

I

Impera desde hace años el formato digital y deja tras de sí la idea de ajustarse sólo a parámetros “obsoletos” si atendemos básicamente a ratios de inversión y resultados. Se abren nuevas expectativas tanto a empresas como a todos en general y, especialmente, a los candidatos. La creatividad, la innovación y el emprendimiento alcanzan cotas inimaginables y, si te das cuentas, en la mayoría de los casos, van apoyadas en las necesarias redes sociales.

El mayor escaparate del mundo, sin medidas definidas de ancho, de largo y de alto, no es otro que éste que digo a continuación y que, no sólo lo tienes a tu alcance, sino que además es gratis. Pero… ¿Sabes utilizarlo?

Fuentes composición: baquia & revisioninterior.blogspot

Para gustos, los colores. De hecho habrás oído decir que si Facebook es mejor para empresas que Twitter, justo al contrario que afirman otros que se apoyan en la espontaneidad y las posibilidades del de los 140 caracteres; o que Linkedin es idea para... ¿Quién decide cuál es mejor?.

Pues, si me permites, te daré una respuesta diferente: “la que tu creas que te va a facilitar más alcanzar tus objetivos”. Siempre que el perfil en una red social se lleve de manera adecuada, manteniendo una actividad acorde a los resultados que se esperan de ella y, sobre todo, homogénea en cuanto a sus contenidos para no distorsionar la imagen pública que se desea proyectar, la última palabra la tienes tú.

Es necesario “estar” pero no creas que sólo cuenta “estar”, también importa “cómo”. Para abordar este tema quizás debería argumentar en dos vertientes diferentes: empresas y personas; y dentro de estas últimas, si quisiéramos hilar fino, los que buscan empleo y los que no.

Pero, en términos generales, en doctrina de Community Manager, diré que los tres puntos fundamentales a tener en cuenta son:

1º. Estandarizar los perfiles en todas las redes y sites web, de forma que se empleen las mismas imágenes y fotografías, el mismo lenguaje y, sobre todo, el mismo talante participativo de obligado cumplimiento.

2º. Definir el carácter personal o público del perfil, cuidando muy especialmente la difusión de contenidos de escaso o nulo interés para los usuarios y que, en algunos casos, pueden llegar a dañar la imagen personal o corporativa.

3º. Hacer de la red un lugar vivo, tanto compartiendo como aportando nuevos y originales contenidos, mantener una máxima de generosidad en la que la educación y los buenos hábitos son los pilares fundamentales.

Te pondré un ejemplo que me ha llamado la atención:

Hay empresas que anuncian sus aplicaciones para Smartphone en televisión (Dios mío, dirán algunos, si supieran que son Apps gratuitas). Por algo será… De hecho, tan importantes son las conexiones en redes que los videojuegos superventas y las apps más conocidas, todas sin excepción, incluyen una puerta a la vida social 2.0 porque la necesidad de interactuar con otras personas ha quedado latente con el respaldo mayoritario del usuario. Y eso, amigo mío, eso da dinero. (En el ejemplo, una de las empresas a las que me he referido puntualmente para hacer el comentario es King, propietaria de “Candy Crush” y que, no sólo hace interactuar a más de 100 millones de adeptos al mes y promover la generosidad entre ellos al “regalarse vidas”, sino que, además, cuenta con un departamento propio exclusivo para funciones de Community manager). Por algo será… ¿Imaginas el juego “Tetris” con un

seguimiento y apoyo virtual en redes similar?. A lo mejor hubiera sido un hito como está llamado a serlo esta “dulce” aplicación que a tantos ha enganchado (yo, por si acaso, de momento no lo tengo en mi smartphone).

Por tanto, quiérete mucho, comparte tus bondades y muestra tu mejor perfil. Para ello, nada mejor que intentar colocarte en el escaparate. Eso sí, haciendo que te vean. No es fácil colocarse en él pero estoy seguro que puedes hacerlo al lado de los tan conocidos Facebook o Twitter, junto a ejecutivo Linkedin, o tras de Google+ o un tal Youtube, que me han dicho que últimamente tiene mucha marcha... Tú decides.

¿Has dado ya el paso?