31 de enero de 2013

La Teoría de los círculos concéntricos

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La denominada Teoría de los círculos concéntricos me la presentaron en Madrid 
 y he de decir, sin duda alguna, que resultó muy interesanteque e invitó a la reflexión 
 personal   Decía poco más que así:
Todos nos movemos en un entorno personal y profesional en la que la toma de decisiones es constante, en el que se nos hace responsable de nuestros actos y a los que dedicamos nuestro tiempo y esfuerzo a optimizarlos.

En el círculo interior, el de menor tamaño, irán incluídas nuestras funciones propias, las que tenemos encomendadas o acordadas y cuya realización y buen hacer depende de nosotros mismos y no precisa de la intervención de ninguna otra persona. En definitiva, somos responsables de todo lo que ocurra dentro de ese círculo y, en gran medida,  ello nos va la consecución de resultados y la buena marcha de nuestra vida personal y profesional.


En segundo lugar, está el círculo mayor, el que envuelve al anterior, y que contiene cantidad de funciones, decisiones, y acciones que deben realizar otros y que pueden incidir directa o indirectamente en lo que suceda en el círculo de menor tamaño. De hecho, hay ocasiones en las que si falla alguna de estas funciones del círculo mayor, impide que se pueda ejecutar otras dentro del otro círculo.  

Por ejemplo, si el jefe presupuesta unas ventas en un período de tiempo establecido y la mercancía no llega o no es proporcionada a tiempo por la persona correspondiente de logística; o bien, si la empresa sube objetivo de ventas en base a una campaña publicitaria y ésta no se ha llegado a aplicar o no ha tenido incidencia alguna en la zona asignada...

La teoría promulga que, dependiendo del reparto de nuestro tiempo que hagamos para ambos círculos, marcará definitivamente nuestra productividad marcará distintos valores y, por ende, la rentabilidad de nuestro trabajo en la empresa. De hecho, se cuantificaba del siguiente modo:

Por norma general, empleamos un 20% para resolver y realizar nuestras tareas propias (círculo interior) y hasta un 80% de nuestro tiempo para atender las que no dependen de nosotros (círculo exterior). Simplemente, invirtiendo estos porcentajes, nuestra productividad podría incrementarse hasta un 50%.

Y esto es aplicable tanto al ámbito profesional como personal. 

¿Qué opinas tú?
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece una teoría bien definida, aunque en la práctica esa distribución de tiempo que propones no depende directamente del individuo, le viene asignada por factores externos sobre los que el no puede influir.