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Si pudieras pedir tres deseos es probable que no titubearas lo más
mínimo en decirlos, sin embargo, si sólo pudieras elegir uno de ellos, la cosa
cambia... O no, quién sabe. Lo que es cierto es que si no crees en los genios y
sus lámparas, si desconfías de la magia y temes que el País de Nunca Jamás es,
al menos en parte, ficción, darías lo que fuera por conocer más detalles, una
pista de cómo llegar a él. Da igual si es material o no, pero no me cabe duda
de que tu felicidad o parte de ella depende de ello.
Tanto en lo personal como en lo
profesional estamos sometidos a una serie de carencias que la vida nos obliga a
un constante esfuerzo por remediarlas. Siempre queremos más y más, ¿verdad?.
Siempre quieres más y más. No me extraña, como decía Quevedo, "lo mucho se
vuelve poco con desear otro poco más" y, en términos de felicidad, nunca
es suficiente.
Fuente imagen: desmotivaciones |
Este concepto, aplicado al terreno profesional y, más concretamente, al de la Venta, cobra especial relevancia. La "felicidad" del cliente depende de ello y si ésta es directamente proporcional a tu satisfacción personal y profesional.
La mayoría de las personas omiten de
manera involuntaria detalles, información relevante, porque dan por hecho de
que quienes les escuchan también lo saben o lo intuyen. O bien, sueltan perlas
en forma de pequeños mensajes que necesitan ser encajados como si de un puzzle
se tratara. Nada más lejos de la realidad. Es por ello que se hacen necesarias
determinadas técnicas de indagación que, por norma general, son muy efectivas
para determinar los deseos y preferencias de los clientes.
En esta ocasión, me gustaría darle el
protagonismo a formular preguntas abiertas
y cerradas. Ideales para "ubicar" al cliente y sus necesidades, para
catalogar sus prioridades y barajar las propuestas más idóneas. Pueden ser de dos tipos:
Son Abiertas aquéllas
que no pueden ser contestadas en pocas palabras y precisan de una aportación
expresa del cliente que da pie a mostrar datos objetivos y subjetivos. Tales
como "¿En qué puedo ayudarle?", "¿Cuál es su problema?",
etc, a las que pueden enlazar otras para que muestre sus necesidades o exprese
sus emociones como "¿Recuerda algo más?", "¿Cómo se sintió en
ese momento?"...
Cerradas se denominan a las preguntas que precisan
respuestas muy cortas y que, en muchas ocasiones, bastan un sí o un no. Como
por ejemplo, "¿Necesitará financiación?", "¿Cuándo hará usted la
compra?", "¿De qué color le gusta?, etc.
Tanto unas como otras, Abiertas y Cerradas, ayudarán a conocer
información relevante y, lo más importante, a completar las lagunas de esa
información "oculta" a la que hacía referencia para ir encasillando
la venta hacia cualquiera de nuestros productos que podremos ofertarle.
Fuente imagen: desmotivaciones |
Es bueno estar atento a la carga emocional que el cliente aporta a
cada una de sus respuestas, si éste se muestra cómodo o incómodo con
determinadas cuestiones que, en tal caso, deberían evitarse o reducir al
mínimo. De hecho, hay clientes que tras una serie de preguntas Cerradas pueden
llegar a sentirse interrogados.
No se trata de ser “amigo” del cliente, sino de ganarse su
confianza y, para ello, es imprescindible que conozcas información sobre él y
sus deseos que, en cierto modo, sienta que estás dispuesto a vestirte de genio
de su lámpara, de que sienta tu compromiso para trasladarle al País de NuncaJamás.
El Vendedor siempre está abierto a su cliente. Y no olvides que todos, sin excepción, somos "vendedores" a lo largo de nuestras vidas...
¡Buena Venta!
4 comentarios:
Estupenda recomendaciones y como bien dices vale para todo en esta vida. Felicidades
Muchas gracias, Emilio, me elegra que te guste y espero que te sea útil.
Más adelante... ¡Más! (Son varias las técnicas de indagación y me gustaría poder nombrar algunas más)
Muy buenas reflexiones David, y sobre todo practicas para el día a día.
En lo de "la venta" nos solemos encontrar "encajadores" a porrillo y cuando por un casual te encuentras este tipo de "actitudes" que muestras , estas artes, ..eso mola un montón. Y aunque en ocasiones como dices, el cliente no lo valore, la relación, acabe en transacción o no, acaba siendo fortalecida ya que nos preocupamos en aportar valor, algo que no siempre es apreciado ....ni por el cliente ni en nuestra propia casa (esto del Excel y los números suele dejar todo romanticismo a un lado)
...chapo, y totalmente de acuerdo en que esto de la venta es aplicable a todos los ámbitos de la vida, todos estamos vendiendo algo
Muchas gracias, Sergio. Sí, así es, totalmente de acuerdo...
Lo malo de los "encajadores" es que difícilmente podrán fidelizar a sus clientes porque no podrán ganarse su confianza.
Saludos!
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