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Al concepto
de desempleado se asocia un relativo estado de pasividad que, por supuesto, no
se corresponde con la realidad en la mayoría de los casos. Se cambia de una
rutina diaria de trabajo que facilita el sustento a otra rutina que para muchos
entraña una desgracia y un motivo más para el lamento. Lamentarse no
te llevará a ningún sitio y, aún menos, al que necesitas llegar.