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Fuente imagen: fotolog.com |
El CV puede generar un contacto posterior con la empresa o consultora de turno, a su vez, una entrevista o varias y, así, si no te caes por el camino, la definitiva y tu ansiado nuevo puesto de trabajo. No obstante, establecer una norma sobre el porcentaje de "aciertos" que tienes o deberías tener en función del número de candidaturas presentadas es poco más que imposible.
¿Acaso un 10% estaría bien?. Siendo optimista podríamos subir a... ¿Un 15% ó un 20%?. No es serio y máxime cuando depende especialmente de ti, de tus conocimientos y tu experiencia, y de la coherencia del envío. Si se ofrece un puesto de Analista Funcional experto en Oracle y la candidatura la presenta un comercial o un médico, es obvio que la estadística se vendrá abajo y los datos serán malos, muy malos. (Un inciso: no olvides añadir valor al CV, no dejes de formarte más y más cada vez que te sea posible)
Sin embargo, si los envíos se hacen con consciencia y coherencia, atendiendo los criterios de la oferta, las posibilidades de recibir un contacto por parte de la consultora crecen sustancialmente cuando -repito- nuestro perfil se ajusta a lo solicitado. ¿Cuántas veces has visto una oferta anunciado un atractivo paquete salarial, en una gran empresa, y te has visto tentado a inscribirte aún no teniendo las aptitudes necesarias?.
Perder el tiempo y hacer perderlo a los demás no te llevará más que a una pérdida adicional de ilusión y motivación. Así evitas tener que asimilar un "no" tras otro que te hacen plantear tu propia valía profesional y, a lo peor, personal. Por eso, cuando decidas buscar un nuevo trabajo, piensa en "deshojar la margarita" y aplica tu talento en ver qué empresas te quieren, no te quieren, te quieren, en función del perfil y los valores profesionales y personales que aportes y la afinidad al puesto.
Conseguirás así más "me quieren" y menos "no me quieren". No se trata de inscribirse en todo... Piensa de qué te gustaría trabajar, en dónde y hazte una pregunta tan simple como compleja: ¿qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo?. Focaliza tu talento -no te quepa la menor duda que lo tienes- en hacer una elección inteligente. ¿Acaso no miras uno y mil modelos antes de comprar un vehículo?. Tú vales infinitamente más, por tanto, defínete y emplea el tiempo justo en hacerlo (recuerda que el tiempo, por norma general, no suele ser nuestro aliado cuando existe competencia). Saber "qué eres" y "qué quieres" es vital para marcar tu objetivo y te ayudará a optimizar tus esfuerzos.
Eso y, según muchos, suerte. Yo soy de la opinión de que tu principal suerte está en tí porque eres tú y no otro quien toma las decisiones, porque eres tú el dueño de tu propia vida. Para aquéllo que no depende de tí, podría hacerte referencia a una de las tantas definiciones de Suerte que leí siendo adolescente:
Suerte es el seudónimo de Dios cuando Él no quiere estampar su firma.
(Fray Luis de León)
Por cierto...
¿Sabes ya qué eres y qué quieres?
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