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De todos es sabido que la relación entre los recruiters y los candidatos es, ciertamente, agridulce en algunos casos. De igual manera,
puede ocurrir -y ocurre- con los responsables de los recursos humanos de las empresas
y sus empleados. No sólo no surge sintonía sino que, en ocasiones, se llegan a
cruzar miradas que matan, palabras que desatan y acciones que rematan.
Esto se puede evitar y, desde el punto de vista del “Moderator”, no sólo se puede sino que “se debe”: en bien de la candidatura y sus posibilidades en cada fase del proceso; en bien de la marcha de la empresa y de la consecución de sus objetivos marcados.
Esto se puede evitar y, desde el punto de vista del “Moderator”, no sólo se puede sino que “se debe”: en bien de la candidatura y sus posibilidades en cada fase del proceso; en bien de la marcha de la empresa y de la consecución de sus objetivos marcados.